Para el amor, estamos bien tal como somos

Hablar de amor no es fácil,  más cuando la experiencia recoge historias fantasiosas por contar o peor, que no se quieren recordar! cuando es difícil creer que puede haber para cada uno de nosotros alguien que de verdad llegue a encendernos la vida y no a dejarle más nudos al enredo en el corazón que ya nos hicimos solit@s.

En mi caso, después de repetir patrones eligiendo lo menos sano, un día entendí que me había cansado de los imaginarios, de hablar, idealizar, endiosar, explicar, pedir,  sufrir,  pelear, soñar { el amor } y entonces decidí vivirlo, vivirlo con intensidad, pero con consciencia, para luego- con mucha admiración y confianza-poder contarlo con nombre propio. Dejé de repetir la triste historia de cruzarme con el dolor, cuando aprendí que si es amor no daña, no resta, no pesa y que si a alguien tenía que pedirle que cambiara, arreglara, mejorara o me llenara… era a mi misma.

Como en los negocios, en el amor la fórmula perfecta no existe, el truco está en que te nutras cada día, te conozcas a tal punto que  desde tu auto-estima, o sea el amor y el respeto que te tienes, sepas a quien abrirle espacio cuando llegue o a quien sacar de la cabeza y de la vida cuando deba irse.

Yo hoy celebro un amor real, abundante y tann lindo desde el día que aprendí (a las malas) a encontrar valor en un obstáculo o conflicto, a entender que es mi deber llenar mis propios vacíos y que si decidimos el uno estar en la vida del otro es para ser feliz. Ahora elijo aprender a las buenas y siempre desde el amor, vivo una relación con desafíos pero única que crece y se alimenta de dos corazones completos, que se encontraron en el camino para acompañarse y hacer de la existencia algo rico, encantador…   pero eso es historia de otro Blogpost  que si quisieras conocer , házmelo saber en los comentarios y luego les contaré.